Tras la suspensión preventiva del docente sanjuanino por un cuento de Hernán Casciari que contenía palabras denunciadas como pornográficas, Orsai -el proyecto que encabeza el autor y que tiene distintas iniciativas- lanzó ahora Orsai Educación, una plataforma web que busca reunir a chicos y chicas de nivel secundario con docentes, autoridades y la comunidad en general para compartir estrategias y recursos que pongan en el centro a las narrativas y las lecturas a través de charlas, concursos y tutoriales.
Hace tiempo que desde Orsai vienen pensando en la necesidad de generar un proyecto en el campo de la educación. La suspensión del profesor sanjuanino por la lectura del cuento “Canelones” de Casciari fue la gota que rebalsó el vaso para acelerar la puesta en marcha de una nueva red que “será el lugar para que los chicos y chicas que van a la escuela secundaria no solo lean y comprendan, sino que disfruten como chanchos con la lectura”, proponen desde Orsai.
“El sistema de educación esta arraigado en lecturas clásicas”.
“Esta bueno usar esta pavada, porque es una pavada lo que ocurrió con la palabra ´teta´ o ´poronga´, como punta de lanza para tomar el toro por las astas”, dice Casciari en diálogo con Télam y advierte que como ilustró este “hecho absurdo” que se viralizó, los profesores de nivel secundario “están muy desamparados en la lectura de nuevas narrativas sobre todo porque el sistema de educación esta arraigado en lecturas clásicas y además hay una minoría de padres puritanos rompiendo mucho los huevos”.
Frente a la noticia viralizada del caso con el docente sanjuanino y la cantidad de mensajes que recibió Casciari de otros colegas que le contaron que habían vivido episodios similares, nació esta iniciativa que se propone armar una base de datos “precisa, detallada” de docentes de toda la Argentina que trabajen narrativas. En esta etapa, el primer paso es registrarse a través del siguiente link.
Orsai Educación va a funcionar como un semillero de debates, estrategias e iniciativas; se compartirán lecturas, habrá un foro de docentes y se lanzarán estímulos económicos para contagiar el interés por las narrativas y que “los chicos pongan en juego toda su creatividad” y que “no sólo comprendan lo que lean sino que les encante, que puedan escribir y contar porque eso sirve para la vida”, dice el escritor.
Entre esas iniciativas se prevé un concurso a nivel nacional donde los profesores serán los directores técnicos para ideas de guiones cinematográficos, además de charlas en streaming con escritoras, escritores y guionistas. “Es un proyecto bestial que nace de una circunstancia insólita”, dice el narrador y fundador de Orsai.
A propósito de este proyecto educativo, Casciari adelanta que están en tratativas con el Ministerio de Educación de la Nación para que alguna de esas iniciativas esté acompañada con la posibilidad de acceder a puntaje docente. Pero la fuerza motora de este proyecto es otra: habilitar que la literatura, las narrativas, los lenguajes de la ficción y la palabra no queden reducidos a miradas sesgadas y puritanas y a que los docentes tengan un espacio federal de intercambio de lecturas e ideas. “Que ´teta´, ´culo´ y ´poronga´ se conviertan en una contraseña para abrir la mejor caja fuerte que tenemos: contar historias”, invitan desde Orsai.
En opinión de Hernán Casciari, “para sacarse el problema de encima, se eleva el problema. Y los que sufren son los profesores”. En este sentido, la idea también es que los docentes “sientan acompañamiento social”, por eso “queremos hacer un gran foro de profesoras y profesores, para que nos cuenten sus problemáticas”.
“El profesor está apartado de sus clases, con miedo de salir a la calle”.
Y da un ejemplo sobre este “desamparo”: “En un curso de 50 alumnos hay un papá o una mamá que se escandaliza por la palabra ´culo´ y cree que el texto está mal, lo plantea a las autoridades y se cagan en las patas y lo mandan al Ministerio. Se sacan el problema de encima y las únicas personas que pierden son los profesores y la literatura”, argumenta Casciari.
Tal fue así lo que ocurrió con su relato “Canelones”: un profesor de San Juan compartió a sus alumnos una versión reducida del texto, uno de esos alumnos decidió, luego, buscar el relato completo en Internet. La madre consideró que había lenguaje explícito “pornográfico”, se molestó y dio aviso a las autoridades y así hasta que llegó al Ministerio de Cultura la provincia que “dejó que actúe una jueza de oficio: una mamá, una preceptora, una rectora, una ministra de educación, los medios amarillistas. Es un desastre”, plantea sobre este escrache que luego sumó la indignación de otros padres. “El profesor está apartado de sus clases, con miedo de salir a la calle”, lamenta Casciari sobre el docente en cuestión que no será nombrado para no fomentar más ataques.
Para Casciari no se trata “ni de darles la espada ni de decirles que sí (a los padres). Hay que sentarlos, charlar, hay estructuras de comunicación eficaces que permiten dar cuenta de que esto es literatura”.
Mientras tanto, “nadie se hace cargo” considera Casciari y entonces desde Orsai responden: “Vamos hacernos cargo nosotros, profesores, autores y autoras, chicos y chicas que sí tenemos ganas de hacer cosas y consensuar estrategias”, concluye.
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