La epopeya del periodismo, en los «años del miedo» de la Transición

En ese momento, el autor y también periodista vivió lo que él mismo describe ahora como una «epifanía»: «Un día me invitaron a una comida con veteranos del oficio y, de casualidad, me tocó sentarme con el consejo de sabios. Entonces empezaron a contar, con una naturalidad increíble, anécdotas que a mí me parecían asombrosas de aquellos años en los tuvieron que convivir con la censura y con los duros rescoldos del franquismo. Fue ahí cuando me di cuenta de que mi protagonista y todo lo que le tocaba vivir en medio de su investigación encajaban perfectamente con los años de la Transición».

Alacid confirmó que no tenía que irse tan lejos para contar la historia de Viberti, un director de periódico de provincias que, a finales de la década de los 70 y principios de los 80, intenta esclarecer una serie de suicidios que, en realidad, él cree que han sido asesinatos. Y, mientras los investiga para informar a sus lectores, al tiempo que esclarece otros asuntos turbios, retrata los entresijos de una profesión que, según defiende, se vivió al límite en la Transición, en aquella España un tanto salvaje de la que hoy no quedan muchas huellas.

«Siempre pensamos que lo que nos pasa hoy es lo más trascendental –aclara el escritor–, pero en aquella conversación distendida con periodistas veteranos me di cuenta de que la novela tenía que estar ambientada en el que es el momento más inhóspito de nuestra trayectoria reciente. Si abrimos un poco el angular, nos damos cuenta que ese fue, probablemente, el gran momento de nuestra historia, el mismo en el que todo conspiraba para que los españoles hubiéramos acabado de nuevo a garrotazos, como en el cuadro de Goya. Así fue, al menos, para mi generación. Vi cierta épica en ese periodismo, como una especie de epopeya en la que parece que se conspiró para que las cosas salieran razonablemente bien».

Luces y sombras

La trama transcurre en ese marco por momentos asfixiantes, entre suicidios, asesinatos, conspiraciones, enfrentamiento social y una tensión política que las generaciones actuales apenas alcanzan a imaginar, además de noticias, muchas noticias en aquel momento trascendental de nuestra historia. Porque ‘Los seres queridos’ es una novela negra en la que Alacid ha querido homenajear el oficio que él mismo empezó a ejercer en ‘El Correo‘, en 1989, y que hoy continúa ejerciendo en ‘Las Provincias’, pero quiso hacerlo retrocediendo unos años hasta esa época de continuos cambios y llena de luces y sombras.

«De hecho, creo que miedo es la palabra que mejor define el marco temporal de la España de la Transición y de las peripecias de Viberti, ya que se traba de una sociedad aterrorizada que venía de los años del franquismo. No hay que olvidar que el concepto del miedo es inherente a toda dictadura, sea de la época que sea, y con ese miedo fue con el que se educaron nuestros padres y nuestros predecesores en el periodismo. Ese es el miedo del que precisamente intenta despojarse el protagonista a medida que avanza la trama, esforzándose por ajustar su propia mentalidad a los nuevos tiempos de libertad que tocan vivir, pero en los que todavía se conserva algo de temor e incertidumbre anterior. Es como si Viberti, a medida que avanza la novela, fuera cartografiando el nuevo territorio que pisa», subraya.