La editorial Caja Negra, identificada con los ensayos como género central, lanza una colección de ficción “Efectos Colaterales”, con la idea de “experimentar con nuevos registros textuales (más lúdicos, más fantasiosos, más poéticos) para explorar los temas”, señala uno de sus editores y fundadores, Ezequiel Fanego.
De alguna manera, este lanzamiento es un salto pero también una apuesta por lo híbrido. Fanego explica que esto se debe a que “hay un montón de continuidades” porque los libros que van a publicar “podrían catalogarse bajo el concepto de ‘literatura contemporánea’”.
“Una de las cosas que detectamos es que la narrativa actual está muy atravesada por otro tipo de escrituras (por la teoría, por la autobiografía, pero también por los modos de escritura de la vida online por ejemplo) así como la teoría está cada vez más cerca de la imaginación literaria. En definitiva, como en muchas otras áreas de la vida, en la escritura las fronteras no son más que construcciones analíticas, un tanto forzadas, que ponen límites así donde no existen”, describe en diálogo con Télam.
¿Por qué? Porque para el editor “la realidad se parece más a un universo múltiple y poroso en el que los registros se confunden”. Y aclara: “Si bien decimos que Caja Negra está comenzando una colección de ficción, lo más justo probablemente sería decir que Caja Negra va a experimentar con nuevos registros textuales (más lúdicos, más fantasiosos, más poéticos) para explorar los temas que siempre nos obsesionaron”.
Sobre cómo fue la decisión de comenzar con esta colección, Fanego dice que “más que una decisión es un deseo” que vienen alimentando hace muchos años e identifica su comienzo en una intuición, esto es, en “el impulso de empezar a experimentar con otros géneros distintos al ensayo, para volverse luego casi una necesidad”.
“La realidad se parece más a un universo múltiple y poroso en el que los registros se confunden”.Ezequiel Fanego
“Algo que nos pasó en otros momentos con otras colecciones: partir de una idea un tanto difusa para, de a poco y con el correr de las lecturas y las conversaciones internas, empezar a rodearnos de un montón de libros que necesitaban de un nuevo contexto para salir en nuestra editorial. La decisión un poco se fue tomando así, sola, después de mucho rumiar un día casi ya estaba tomada”, describe.
Este año la colección publicará seis libros: “Miles de ojos”, de Maximiliano Barrientos; “Vaquera invertida”, de McKeinzie Wark; “Detalle infinito”, de Tim Maughan; “El reemplazo”, de Alexander Laumonier; “Historia universal del after”, de Leonardo Felipe; y “Espacio negativo”, de B.R. Yeager,
¿Cómo llegaron a ellos y cómo decidieron publicarlos? “Fueron el fruto de mucho tiempo de lectura e investigación colectiva, como solemos armar nuestro catálogo. Circulan textos entre nosotros, los discutimos, un autor nos lleva a otro, una editorial a otra, y así, vamos pasándonos libros que nos interesan, incluso pueden ser libros ya publicados por otras editoriales que nos sirven de inspiración o de brújula”, desarrolla el impulsor de la editorial junto a Diego Esteras.
“También hablamos con referentes cercanos que nos sugirieron libros, como por ejemplo ‘Miles de ojos’, de Maximiliano Barrientos, el primer libro de la colección, que fue recomendación de Mariana Enriquez. De a poco se fue armando una fisonomía de lo que no interesaba publicar, y cuánto más claro fuimos teniendo esa fisonomía más alternativas fueron apareciendo”, agrega.
Con respecto al nombre, Fanego dice que “Efectos colaterales” se debe a que entienden a esta colección como “la continuación por otros medios” de lo que buscan con la colección anterior de ensayos, “Futuros Próximos”.
Se refiere a que cuando empezaron a trabajar ese lanzamiento los animaba “la necesidad de publicar una serie de libros que ayude a comprender un mundo en constante cambio, cuyas mutaciones contemporáneas lo asemejaban un poco a los mundos de la ciencia ficción”.
“‘Futuros próximos’ busca renovar nuestro arsenal conceptual para hacer pie en un tiempo hiperacelerado. Esos cambios que hace unos años se empezaban a vislumbrar hoy ya invaden nuestro presente: lo que antes era un futuro al acecho hoy es un contexto en el que estamos inmersos, que no llegamos a entender y que nos determina. Estamos viviendo los efectos colaterales de esos futuros que nos parecían próximos”, argumenta. Es en esta coyuntura en la que “la literatura (o la creación estética en general) muchas veces es una herramienta más poderosa que la teoría para entender lo que nos pasa. Cuando no tenemos aún los conceptos para pensarnos, la literatura puede funcionar como una antena, crear imágenes o mapas sensibles del mundo”, afirma.
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