Tras leer el libro de Carlos García-Delgado dan ganas de haber sido uno de los alumnos que cursaron la asignatura ‘Teoría de la invención’ en la Escuela de ingenieros. En ‘El yo creativo’ (Arpa), el ingeniero y arquitecto recoge la paradoja a la que se enfrentó como docente cuando planteó a sus alumnos –y ahora a los lectores– la pregunta sobre si existen otras formas de pensar.
Ha dedicado su vida a crear y diseñar edificios, casas y espacios públicos. Su trabajo ha consistido en poner de acuerdo lo bello y lo duradero. Todo cuando resiste y se mantiene de pie se convierte en un episodio hermoso. De eso sabe, y mucho, pero también de ese sistema de ideas que sostiene cualquier construcción humana.
Posee una curiosidad desbocada y una lucidez manifiesta. Doctor en Ingeniería Industrial y arquitecto por la UPC, formó parte del equipo redactor del Anillo Olímpico y el Estadio Olímpico de Barcelona; su tesis doctoral, ‘Teoría de la invención’, fue finalista del premio Anagrama de Ensayo. Guy de Forestier fue el seudónimo con el que firmó los bestsellers ‘Queridos mallorquines’ y ‘Queridos catalanes’, donde explora los rasgos de ambos pueblos.
En pleno verano, tiempo propicio para hacerse preguntas, Carlos García-Delgado habla sobre cómo actúa el pensamiento creativo.
—¿Escapó usted del renacimiento, verdad?
—(Risas). Esta investigación surgió de mis clases en arquitectura e ingeniería. Me sorprendió que los futuros ingenieros solo estudiaran materias relacionadas con la lógica. La carrera se llama ingeniería. ¿Y aquí el ingenio quién lo explica?, me pregunté.
—¿La ilustración laminó la intuición del mundo clásico?
—Falta información sobre cómo en tan poco tiempo y con tan poca población surgieron tantos genios como en Grecia. A partir de ahí, el logos, la transmisión de la información con palabras y números, ahogó a las imágenes, que son la base del pensamiento sistémico. La revolución científica y la industrial lo engulleron todo.
—¿Cuál es el más grave de los errores que impiden la creatividad?
—Pensar que la memoria se asienta en el cerebro, cuando en realidad lo hace en el organismo, una tesis de Konrad Lorenz. También es un error considerarla un simple archivo. La memoria se mueve, mezcla datos y genera imágenes por cuenta propia. Es un sistema autorregulado. Es la caldera de la creatividad. Por eso eliminarla de los programas educativos es un error enorme.
—La capacidad creativa es extensiva a todos los seres, escribe. ¿Pero cómo así?
—Todos los seres vivos experimentan procesos análogos a los humanos: adquieren información nueva e inédita para sobrevivir. La evolución de las especies no es más que la adquisición de datos que se incorpora al organismo, para ser más eficiente y tener más capacidad para sobrevivir. Lo que hace la memoria es lo que hacen los átomos y moléculas cuando chocan.
—¿El aburrimiento es una fuente de creatividad?
—Es un factor estimulante de la creatividad. Te sitúa en un estado intermedio de conciencia de máxima eficacia creativa. Cuando Arquímedes gritó su eureka estaba flotando en las termas de Siracusa. En el intermedio entre vigilia y el sueño tenemos más probabilidades de que surja la idea acertada.
—¿De qué forma?
—La memoria y la conciencia son complementarias. Cuando dormimos es la memoria la que domina y cuando estamos despiertos es la conciencia. El estado intermedio entre ambas es el adecuado para crear, porque la conciencia está atenuada.
—¿Cómo puede ser creativa una sociedad que no sabe aburrirse?
—No es que no sepa, es que no la dejan. Estamos todo el tiempo con la maquinita del ordenador, el teléfono, siempre ocurre algo, no hay tiempos muertos.
—Citando a Italo Calvino, propone que la imaginación es un lugar en el que llueve. ¿Es espontánea?
—Italo Calvino interpreta la frase de Dante «poi piovve dentro l’alta fantasia». Decir que la fantasía es el lugar en el que llueve es una manera de interpretar la frase de Dante con poquísimas palabras y con una impresionante lucidez. Que llueve significa que es por cuenta ajena. Es un punto importantísimo para entender la creatividad. En la sociedad occidental relacionamos todo proceso de conocimiento con la conciencia y el esfuerzo, pero las cosas pasan por muchos otros factores y eso es lo que cuento en este libro.
—España tiene 8 leyes de Educación. ¿Impericia o política de Estado de la ignorancia?
—Sinceramente no sé. Lo que sí puedo decir es que todos los programas educativos que eliminan la memorización incurren en un error gravísimo. Insisto: la memoria es la caldera de la creatividad.
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