La escritora y guionista argentina Claudia Piñeiro, finalista con su novela “Elena Knows”, (“Elena sabe”) de la nueva edición del prestigioso “Premio Booker Internacional” que distingue al mejor libro traducido al inglés en Reino Unido y cuyo ganador se anunciará el jueves, se encuentra en Londres, donde pudo apreciar la fuerte recepción que tuvo en el mercado anglosajón esta obra que está centrada en el aborto: “El tema de los derechos de las mujeres tiene actualidad más allá de Inglaterra. Hay toda una mirada sobre la maternidad y sobre los cuerpos”, dice a Télam.
La novela en la que la escritora Claudia Piñeiro aborda la maternidad y el derecho de las mujeres al dominio sobre sus cuerpos pero también la vulnerabilidad de la vejez y el peso de los mandatos, quedó hace poco más de un mes en la “lista corta” del International Booker Prize, que distingue a las mejores ficciones traducidas al inglés.
La edición en inglés de su novela, bajo la traducción de Frances Riddle y con el apoyo del Programa Sur de la Cancillería, fue editada por el sello escocés Charco Press, fundado por la argentina Carolina Orloff.
El ganador o ganadora del premio dotado con 50.000 libras (aproximadamente unos 68.000 dólares) repartidos entre el autor y el traductor, se conocerá este jueves en una ceremonia que tendrá lugar desde la capital inglesa a las 21.30 (17.30 hora argentina) y se podrá seguir en vivo por Youtube y Facebook.
En una entrevista con Télam desde Londres, Piñeiro habla de las razones por las cuales el tema del aborto que aborda en la novela despierta tanto interés en un país donde está legalizado desde hace décadas. También se refiere a la importancia de este premio que según ella reafirma la posición que está alcanzando la literatura argentina a nivel internacional después de un camino iniciado por otras escritoras como Samantha Schweblin, Gabriela Cabezón Cámara y Mariana Enriquez
-Télam: ¿Se podría decir que al estar nominada para el “Booker Prize”, la literatura argentina vuelve a posicionarse nuevamente a nivel mundial? ¿Cuáles son tus expectativas?
– Claudia Piñeiro: Lo que siento es que esta nominación del Booker es importantísima y obviamente lo agradezco muchísimo, porque la verdad es que desde que estoy en la lista aparecieron muchas más traducciones y el libro circuló más. La Argentina ya está posicionada, estar en esta “shortlist”, es como apuntalar aún más, porque me parece que es un camino que viene recorriendo la literatura argentina, sobre todo los últimos años con escritoras Samanta Schweblin, Gabriela Cabezón Cámara, Mariana Enriquez o Ariana Harwicz.
– T: Uno de los tópicos de la novela es el aborto ¿Cómo se explica esa expectativa que está generando en un país como Inglaterra, donde la despenalización está instaurada desde hace décadas?
– P: Si vos mirás el mundo -y los ingleses miran al mundo- te das cuenta de que en países donde también había derechos que estaban instalados, se empiezan a percibir ruidos al respecto. En Estados Unidos el tema del aborto también estaba instalado, no? Y ahora aparece esta cosa una cosa rarísima que está pasando y te muestra que se puede volver atrás. En España cada tanto Vox hace algún comentario de poner trabas a la ley del aborto y en Polonia por ejemplo, volvieron para atrás. Creo que eso en Inglaterra no va a pasar de ninguna manera, pero de todos modos, hay ciertos cambios que pueden venir generalmente de la mano de los partidos de derecha.
Cuando escribí el libro hace 15 años era un tema que quizás era más relevante en Argentina, donde no teníamos una ley. Hoy estamos tranquilos porque ya tenemos una ley. Pero uno piensa igual por dónde puede empezar de nuevo esto.
Por otro lado el tema de los derechos de las mujeres tiene actualidad más allá de Inglaterra. Hay toda una mirada sobre la maternidad muy particular y una mirada sobre los cuerpos. Esa cosa de quién es el dueño de los cuerpos, o los cuerpos que conciben hijos o los cuerpos enfermos y el sistema de salud.
En este caso se trata de quién se apodera de ese cuerpo enfermo que tiene Elena y decide cuándo camina y cuando no camina. Elena tiene que hacer un recorrido que es una epopeya como tomar un tren y transportarse del conurbano bonaerense a la capital, con ese cuerpo, con esa enfermedad. Entonces creo que hay como un seguimiento de si lo logrará.
– T: ¿Qué sentís frente a este recorrido donde tu obra va migrando a otras lenguas?
– P: Al estar nominada para el Booker, en cada librería de Londres está el libro, que además se destaca por el color amarillo muy llamativo de la tapa. Me ha pasado de venir en otras oportunidades con libros anteriores que estaban en la librería donde lo fui a presentar, pero no en todas las librerías de Londres como ahora. Y eso es como muy impactante.
-T: ¿Que sensación te produce leerlo en inglés, es igual que en español?
– P: Esto es esencial porque por muchos motivos: uno porque nunca leo lo que escribí antes, ahora lo tengo que leer y demás la escucho a la traductora Frances Riddle. Todo lo que leí me pareció que era tal cual mi libro y además todos los comentarios sobre la traducción son muy buenos. Y de hecho el Booker es un premio que es el 50% para la escritora y 50% para el traductor. Este es uno de los premios que más tiene en cuenta al traductor.
– T: Volviendo al tema del aborto. ¿Crees que el libro puede haber disparado un poco la lucha de las mujeres en Argentina a favor de la despenalización?.
-P: Yo no le tengo tanta fe a los procesos sociales, a lo que la literatura puede hacer en los procesos sociales. Me parece que un solo libro no puede mover nada, porque es un solo libro. Pero a lo mejor mi libro, más el libro de otro, más mujeres que están haciendo tal o cual cosa, sí. En el movimiento feminista aprendimos que todo es una sumatoria de pequeños movimientos y eso provocó que tengamos la ley, Entonces a lo mejor “Elena sabe”, hizo alguna cosita, pero nada trascendente, sino que es una gota más de la que se puso en ese lugar para que después, unos años después, sucediera esto.
“Tuya”, mi primera novela, ya trata el tema del aborto. Obviamente es un tema que me interesó siempre, pero yo no estaba en la lucha activa, no como lo hacían las mujeres que estaban en la campaña por el aborto legal, seguro y gratuito. Creo que ahí nos sumamos un montón que estábamos con la misma preocupación.
-T: ¿Hacia donde creés que puede avanzar ahora lucha de la proclama feminista?
-P: Creo que lo primero, es tomar conciencia de que, como dijo Simone de Beauvoir, “no hay que olvidar jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados”. Las mujeres tenemos que estar siempre atentas porque ningún derecho está ganado para siempre y en Estados Unidos está pasando un poco eso.
-T : Este año con la pandemia en particular, por lo menos en el Reino Unido, según, los organismos oficiales se retrocedió diez años en relación a la posición de la mujer en lo laboral porque se tuvo que hacer cargo de todo ¿qué posición tenés sobre eso?
-P: Si, y quedó como muy evidente. Además aprendimos que eso no es bueno, pero lo hacés porque es amor. Amamos a los hijos, a los maridos, a los que tengamos que amar, pero eso no quiere decir que tengamos que trabajar gratis. Entonces creo que hoy hay mucha conciencia de que tiene que haber compensaciones sobre los trabajos gratuitos que hacemos. Y el otro tema, que creo que está muy vigente en gran parte del movimiento feminista, es todo lo que tiene que ver con el medio ambiente y con los problemas climáticos y los problemas de devastación de bosques y el agua.
Muchas de mis amigas que estaban muy metidas en el movimiento feminista hoy están en movimientos ecológicos y eso me parece que va a ser una posta que el movimiento feminista también la va a tomar y ya lo está tomando.
-T: ¿En qué actividades estuviste participando desde tu llegada a Londres y como sigue tu agenda?.
-P: La primera actividad del Booker fue el domingo, donde en un auditorio en SouthBank, estábamos algunos de los autores y traductores finalistas, Y hubo una lectura en el idioma original de cada uno, idiomas que nunca escuchaste en tu vida. Yo no había escuchado nunca una lectura en coreano y en japonés y después los traductores leían la versión en inglés y el público hacía preguntas.
Fui a un café literario organizado por Romancero Books, una librería online con sede en Londres en un barrio que se llama Dalston, al este de la ciudad, donde la gente que estaba estaba muy interesada en el libro. El dueño de una importante librería en el barrio de Marylebone en el centro de Londres, nos comentó que después de la pandemia hay como una necesidad de tener el libro firmado por el autor, como si la gente quisiera conectarse con el otro. Antes no se le daba tanta importancia y a partir de todo lo que nos pasó se empezaron como a rescatar esos pequeños gestos que no son tan pequeños, como tener un libro firmado por el autor.
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