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Muchos de los que leyeron ‘El Principito’ de niños no tienen un gran recuerdo de la obra. Es normal: no es un libro para niños. Al leerlo de adultos, somos muchos los que pensamos: «Nunca supe ver el elefante dentro de la boa». La Editorial UFV publica ‘Yo siempre vi un sombrero. Encuentros con el principito’ para dar una segunda oportunidad a esos avezados lectores que se enfrentaron a la lectura de la obra maestra de Saint-Exupéry antes de tiempo, pero también para aquellos que, apreciando el libro, quieren adentrarse en una contemplación mayor de la riqueza humana que contiene. De esta forma, cumple su objetivo de convocar a especialistas capaces de divulgar su investigación a un público culto no especializado pero ávido de conocimiento.
En este pequeño libro, autor e ilustradora se proponen «no sólo enseñar a ver el elefante, sino mucho de lo invisible que contiene el relato del piloto, mucho más de lo que los tópicos populares e incluso la crítica formal han subrayado». ‘El Principito’ no nos propone un retorno a una infancia acrítica, ni relata una ensoñación, sino que promueve nuestra «imaginación de lo invisible», nos enfrenta a los misterios que fundamentan nuestra vida, haciéndonos ver con el corazón lo que es invisible a los ojos.
Cada capítulo es una meditación de una frase o un párrafo de cada episodio de ‘El Principito’. La estructura del libro recoge la temporalidad lineal de la vida de ambos protagonistas –el piloto y el principito–, lo que permite recorrer mejor la lógica del drama vital de cada uno de los amigos: el despertar de la vocación, la renuncia a cumplirla, la caída en el desierto –el exilio de una vida sin vocación–, el encuentro con el amigo que nos hace renacer a nuestra vocación y el afrontamiento esperanzado de la soledad, el mal y la muerte.
En la primera parte del libro, acompañamos en su viaje al principito: del asteroide B-612 hasta su encuentro con el zorro. En la segunda parte, acompañamos al piloto que quiso ser pintor, desde que descubrió y renunció a su vocación, a la edad de seis años, hasta que su vocación le grita de nuevo en el desierto: «Dibújame un cordero». En la tercera parte meditamos sobre el encuentro entre el principito y el piloto. La contemplación de estas dos vidas concluye frente al «más bello y más triste paisaje del mundo».
Las meditaciones van precedidas por una introducción que explica el origen del libro: el encuentro entre un profesor de filosofía y una alumna de Bellas Artes, unidos en la asignatura ‘Introducción a los Estudios Universitarios’ en la Universidad Francisco de Vitoria y concluyen con una revisión de las ediciones del libro de Saint-Exupéry en castellano.
Al igual que el Principito descubre nuevos planetas dejando atrás su pequeño asteroide, la ilustración abstracta que acompaña las meditaciones propone como narrativa visual un viaje interestelar que acompaña al principito en sus aventuras. Esta expresión del color puro de pintura líquida va creando formas y realidades nuevas a partir de fusiones aleatorias, que evocan a la materia cósmica. En las figuras que se van formando y transformando, captadas mediante una serie de fotografías secuenciales, quizá creamos reconocer a la rosa, el asteroide B612 o el cielo estrellado del desierto, y entonces nos sentiremos reflejados en la profundidad del espacio que nos transporta, como al Principito, a lugares lejanos.
FICHA DEL LIBRO
Título: ‘Yo siempre vi un sombrero. Encuentros con el Principito’
Autores: Álvaro Abellán y Elisa de la Torre
Editorial: Universidad Francisco de Vitoria
Año de edición: 2022
Disponible en Editorial UFV
Disponible en Unebook
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