21 noviembre, 2024
  • Inicio
  • Cultura
  • La pintura americana cierra un año de homenaje del Museo Thyssen al barón
Cultura

La pintura americana cierra un año de homenaje del Museo Thyssen al barón

Madrid Actualizado: Guardar

Durante todo el año el Museo Thyssen ha llevado a cabo una serie de actividades en homenaje al barón Thyssen para conmemorar el centenario de su nacimiento. Conciertos, conferencias y varias exposiciones con obras de su colección: expresionismo alemán, ‘Tesoros de la colección de la familia Thyssen-Bornemisza’, ‘Pintura italiana de los siglos XVI al XVIII’… Ahora se cierra ese homenaje con una exposición centrada en otro de los fuertes de la colección del barón Thyssen: el arte americano. Atesoró una importante colección de arte norteamericano. Sus primeras compras, obras de Pollock y Tobey. En ello influyeron tres mujeres: su abuela materna, que era de Delawere; Barbara Novak y su libro ‘Nature and Culture’, y la marchante Edith Halpert.

'La señal de peligro', de Winslow Homer
‘La señal de peligro’, de Winslow Homer – MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA

Desde mañana y hasta el 26 de junio, cuelga en el Museo Thyssen una selección de 140 obras (proceden de los fondos del museo, de la Colección Carmen Thyssen y préstamos de la familia) en una muestra que ha sido comisariada por Paloma Alarcó y Alba Campo Rosillo.

Se ha llevado a cabo un proyecto de investigación, desarrollado con el apoyo de la Terra Foundation for American Art, para «estudiar y reinterpretar estas pinturas con una nueva mirada temática y transversal, a través de categorías como la historia, la política, la ciencia, el medioambiente o la vida urbana, y considerando aspectos de género, etnia, clase social o idioma, entre otros, para facilitar un conocimiento más profundo de las complejidades del arte y la cultura estadounidenses».

Las 140 pinturas se han instalado en las salas 55 a 46 de la planta primera del museo, organizadas en cuatro secciones. La primera de ellas está dedicada a la naturaleza y el paisaje, tema central en el arte americano. Tras la independencia en 1776, y sobre todo a comienzos del siglo XIX, los artistas tomaron conciencia de la grandeza de esa tierra: la naturaleza como fuente de espiritualidad y orgullo. Es el caso de artistas como Thomas Cole, Frederic Church (fue explorador) y George Inness. Alfred Stieglitz y Georgia O’Keeffe (a quien el Museo Thyssen ha dedicado una gran retrospectiva) recuperaron para la modernidad el pasado místico del paisaje americano. Y expresionistas norteamericanos como Mark Rothko y Clyfford Still «también siguieron vinculados a la naturaleza sublime a través de la abstracción».

Ya a mediados del XIX, se produjo un interés científico por el entorno natural en el arte, con nombres como Asher B. Durand, John Frederick Kensett o James McDougal Hart. Y en el XX, pintores como Theodore Robinson o William Merritt Chase muestran la influencia de la fugacidad del impresionismo francés. Arthur Dove busca integrar en su pintura naturaleza y abstracción. También Jackson Pollock manifestó su deseo de reproducir los ritmos de la naturaleza.

Muchos de los primeros paisajistas americanos se fueron a vivir al campo y plasman en sus obras escenas bucólicas de la vida campesina. Otros, en cambio, se interesaron por explorar el paso del tiempo. Hay dos artistas americanos que llevaron el paisaje a cotas de gran altura. Son Winslow Homer, cuya obra refleja la confrontación del hombre con las fuerzas de la naturaleza, y Edward Hopper.

'Muchacha cosiendo a máquina', de Edward Hopper
‘Muchacha cosiendo a máquina’, de Edward Hopper – MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA

El segundo apartado de la muestra, ‘Cruce de culturas’, alude al contacto entre las diferentes comunidades. Desde mediados del XVIII y hasta el siglo XX, muchas pinturas reflejan la asimilación colonial: se ensalza la presencia euroamericana frente a la indígena o la afroamericana. Así, Charles Willson Peale retrata a los hijos de un rico colono en su plantación de melocotones en Maryland. Y Charles Wimar representa a los indios resignados a su desaparición. Y los paisajes de Church, Bierstadt o Heade son fruto del descubrimiento de lugares exóticos. En esta sección cuelgan los grabados de poblaciones indígenas realizados por Karl Bodmer, los retratos de colonos que posaron para John Singleton Copley o los miembros de la alta sociedad retratada por John Singer Sargent.

'La negociación', de Frederic Remington
‘La negociación’, de Frederic Remington – THYSSEN-BORNEMISZA COLLECTIONS

La tercera parte de la exposición está dedicada al espacio urbano: la cultura moderna norteamericana a través de la mirada de los artistas. Se produjo una masiva migración afroamericana hacia las ciudades del norte, junto con una gran inmigración europea. Ello convirtió a las ciudades americanas en espacios de encuentro de culturas diversas. La ciudad moderna, con sus transportes y rascacielos, es la nueva fuente de inspiración para artistas como Charles Sheeler, Max Weber y John Marin. Richard Estes retrata la ciudad a pie de calle, al igual que Richard Lindner. ‘Autopista de ultramar’, de Ralston Crawford, es un símbolo de la libertad e independencia del sueño americano.

Algunos artistas centraron su mirada en los habitantes de la ciudad. En muchos casos las protagonistas son las mujeres. Así se aprecia en la pintura de Winslow Homer y Edward Hopper, convertida esta última en símbolo de la soledad del hombre contemporáneo. Durante esta pandemia hay quien nos ha visto como personajes de Hopper: melancólicos, ensimismados. En las obras de Willem de Kooning se refleja la energía vital del ser humano.

La creación de los primeros parques públicos y la popularización del paseo en entornos rurales o en las playas cercanas se convierten en temas artísticos para Winslow Homer, Childe Hassam, John Sloan o William Merritt Chase, entre otros. Ya en el siglo XX, la música tuvo un papel destacado en la vida de los estadounidenses, especialmente el jazz, como se refleja en las pinturas de Arthur Dove, Stuart Davis y Jackson Pollock.

'Abundancia del verano', de Paul Lacroix
‘Abundancia del verano’, de Paul Lacroix – COLECCIÓN CARMEN THYSSEN

Finalmente, la exposición se cierra con una mirada a la importancia de la cultura material en el arte americano. La celebración de la vida y los sentidos está presente en los trabajos de Paul Lacroix, Stuart Davis, Charles Demuth, Georgia O’Keeffe, Lee Krasner o Patrick Henry Bruce. Por otro lado, los artistas pop reflexionaron sobre la cultura de consumo: Tom Wesselmann, Roy Lichtenstein, James Rosenquist… El paso del tiempo y la inevitabilidad de la muerte se aprecia en la obra de William Michael Harnett, uno de los principales representantes y renovadores del género en los Estados Unidos.

No está entre las 140 obras ‘El ‘Martha McKeen’ de Wellfleet’, de Edward Hopper, de la Colección Carmen Thyssen, que durante años colgó en el museo como parte del depósito de su colección, aunque finalmente salió, junto al ‘Mata Mua’ de Gauguin y dos obras de Degas y Monet. Tanto el Consejo de Ministros como el Patronato del Museo Thyssen ya dieron luz verde al alquiler de la Colección Carmen Thyssen, pero, a falta de posibles alegaciones, seguimos esperando la firma definitiva. Según Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen, no cree que sea antes de enero de 2022.

Ver los comentarios

La entrada La pintura americana cierra un año de homenaje del Museo Thyssen al barón se publicó primero en Cultural Cava.

Related posts

Por las protestas, la Ciudad dio marcha atrás con los cambios a los Premios Municipales

Noticias al Momento

Havilio: “La apropiación cambia, transforma, destruye y metamorfosea un texto”

Noticias al Momento

Nuevos escritores: el desafío de publicar el primer libro en un mercado complejo

Noticias al Momento