Los escritores y periodistas Martín Caparrós y Juan Cruz debatieron sobre las nuevas formas de la narrativa, retomaron el boom latinoamericano de las décadas del ’60 y ’70, se preguntaron por las literaturas nacionales y hablaron de los autores y autoras cuyas obras siguen en este momento, en un atardecer lluvioso y frío en la ciudad de Madrid, donde el Instituto Cervantes fue sede de la conversación titulada “Al calor de la joven novela latinoamericana”, en el marco del Festival Literario Eñe.
Con la escritora y editora Matilde Sánchez como moderadora, el español y el argentino coincidieron y disintieron sobre sus recorridos ante un público entre el que estaban el embajador argentino en España, Ricardo Alfonsín; la escritora española, Rosa Montero; el poeta y ensayista español Luis García Montero; el escritor argentino Eduardo Sacheri; la directora de la Fundación Medifé, Daniela Fernández; y la escritora y directora de Asuntos Culturales de la Cancillería, Paula Vázquez.
Entre los anfitriones del encuentro estuvieron Ernesto Pérez Zúñiga, jefe de actividades culturales en la sede central del Instituto Cervantes, y Luis Posada, director del Festival Eñe. Sánchez se ocupó de presentar a Cruz (Tenerife, 1948) y destacó su “capacidad para contar lo inmediato”; mientras que a Caparrós (Buenos Aires, 1957) lo definió como “el escritor más prolífico en lengua castellana, solo superado por César Aira” y destacó la diversidad de su obra.
Sánchez comenzó trayendo a la conversación dos ensayos importantes en los 90 que marcaron “el final del Boom y el comienzo de otra cosa o por lo menos cierta muerte del padre”: el “ácido y denostado por la izquierda” “McOndo”, del chileno Alberto Fuguet, y la literatura del crack, un manifiesto que dijo “basta de reinos mitológicos, de la novela del patriarca, del dictador”.
En ese punto, los interpeló con la pregunta acerca de cómo están viendo este momento de la literatura latinoamericana y el primero en responder fue Cruz, que retomando un título de Roberto Fontanarrosa dijo: “con respecto a la literatura hispanoamericana el mundo ha estado equivocado porque ha creído que había dos literaturas: una que se hacía allá y otra acá, cuando en realidad la literatura en español ha formado parte de una lengua literaria vastísima cuyas fronteras no debieran ser puestas ni por España ni por América Latina”.
Cruz, uno de los fundadores del diario El País, reconocido como uno de los autores más importantes dentro de la novela de la memoria que se ha desarrollado en la literatura española de las últimas décadas, advirtió que “Hispanoamérica es todo el mundo que habla español” y destacó la literatura de Argentina: “Para mí la literatura española comprendía Chile, Uruguay, Argentina, Colombia y sigue comprendiéndolo. No concibo una literatura en español que no sea hispanoamericana”.
Cruz, autor de “Toda la vida preguntando” y de “Contra la sinceridad”, dijo que esta participación de Argentina como país invitado del Eñe es el reconocimiento de que “Argentina forma parte de las adolescencias transversales de nuestra cultura literaria y que gracias a Argentina hoy podemos escribir un castellano mejor”.
En tanto Caparrós, residente en Madrid pero recién llegado de Argentina donde fue a presentar su último libro, “Sarmiento”, recordó que “Hispanoamérica nunca se dice gratis, se suele usar en los actos oficiales” y ahí recuperó el simbolismo de la letra ñ entonces subrayó la idea de “eñeamericano” en lugar de hispanoamericano.
Para el autor de “El hambre”, “el éxito del boom fue que armó un mapa en el que todo era reconocible, cada lugar tenía su autor”, pero después eso empezó a disolverse y “algunos siguieron haciendo lo que les salía bien; mientras que otros como Carlos Fuentes quisieron ir más allá”.
En ese sentido dijo que “en España en los 89, 90 hubo un cierto momento de cancelación de la literatura latinoamericana y eso fue un principio del fin del boom” y el otro fue en América donde se sabía que no se podía volver a hacer lo mismo. Por eso definió a los dos grupos citados por Sánchez como dos intentos de “hacer política literaria en América Latina de manera clara y estridente”. La actual la distingue: no fue voluntaria, “sucedió por circunstancias políticas, económicas, sociales” que hacen que ahora se lean más mujeres que varones.
El cronista celebró esto porque “durante mucho tiempo estuvieron corridas de la escena”.
Cruz recordó que en los 90 era muy difícil en España incorporar autores latinoamericanos y puso como ejemplo que siendo director de la editorial Alfaguara en esos años era muy complejo publicar y darles visibilidad a Carlos Fuentes o Mario Vargas Llosa.
En ese sentido dijo que el premio Alfaguara se hizo para que los países latinoamericanos tuvieran un premio en España.
Caparrós analizó que hoy “no hay autores únicos” y dijo no identificar “una característica precisa que defina la literatura latinoamericana”, y si bien aseveró que “se puede hablar de temas” consideró que “no hay algo que se pueda reconocer como tal”. Además subrayó que los escritores y escritoras suelen conocerse mucho porque recorren festivales y ferias, algo que dijo no recordar que pasara en los 90.
Al tiempo que cuestionó “la falta de riesgo” y que “no hay búsqueda estética”. Cruz disintió: dijo que sí ve riesgo en los autores y autoras actuales y ejemplificó con Selva Almada, Alejandro Zambra, Samanta Schweblin, quienes “están creando obras literarias de gran fortuna”.
Sánchez, responsable de la revista cultural Ñ de la que se celebraban 1000 números, les preguntó por las literaturas nacionales y el argentino consideró que no es un dato central la nacionalidad de un escritor; en tanto el español indicó que los escritores están escribiendo “lo que les da la gana” y ejemplificó nuevamente con Almada y la uruguaya Carolina Bello.
Ante la pregunta concreta de la autora de “El desperdicio”, Caparrós nombró a quienes sigue, de quienes está atento a sus obras: Alan Pauls, Juan Villoro, Daniel Guebel, Guadalupe Nettel, también nombrada por Sánchez junto a Cristina Rivera Garza, Gabriela Cabezón Cámara, Nona Fernández y Hernán Díaz.
Hubo tiempo para una pregunta del público y estuvo referida a la crítica literaria. La que se hizo cargo de la respuesta fue la periodista y escritora, que aseveró que “es un momento de cierto ocaso para la crítica periodística, la crítica se pasó al ámbito literario, se profesionalizó en un sentido y hoy simplemente hay una constatación, no una opinión”.
Pasadas las 20 y después de una hora y cuarto de conversación, se dio por finalizada la actividad de la sala de actos del Cervantes, ubicado en la zona céntrica de Madrid, mientras afuera la lluvia no daba tregua.
Las actividades del Festival Eñe, cuyo lema este año es “Natural”, sigue este miércoles, por ejemplo en la Biblioteca Nacional donde compartirán un encuentro el argentino Pablo Katchadjian y el chileno Zambra con moderación de la autora, librera y funcionaria argentina Paula Vázquez.
Muchas de estas charlas pueden seguirse a través del canal de YouTube del festival:
La entrada Martín Caparrós, Juan Cruz y una charla sobre literatura latinoamericana en el Eñe se publicó primero en Cultural Cava.