22 noviembre, 2024
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Cultura

Publicaciones en papel: fetiche que sobrevive y se reinventa para surfear la era digital

Hay un panorama cultural en la Argentina en el que las revistas en papel se reinventan una y otra vez. Foto: Cristina Sille.

En un contexto económico complejo por el valor del papel y en muchos casos sin ser redituables, las publicaciones en papel en la Argentina conservan el espíritu y revalorizan el fetiche del objeto preciado en la biblioteca, por eso Télam conversó con editores de las revistas Orsai, El Ansia, Fina, El Gran Cuaderno y Presente, para trazar un escenario de la actualidad y comprender los desafíos hacia el futuro.

El papel como soporte, lo impreso como medio, el objeto como fetiche. La publicación tangible, posible de tocar y oler, como posicionamiento cultural y político. En un mundo en el que prima el discurso de la inminente muerte de las publicaciones en papel y el fin de la industria como horizonte de la evolución digital, las publicaciones culturales impresas se sostienen, sobreviven, se reinventan y van por un público que todavía espera, ávido, llenar espacios en sus bibliotecas.

La revista es el faro de todo lo que hago sin ella no tiene sentido nada de lo dems dice Hernn Casciari Foto Cristina Sille
“La revista es el faro de todo lo que hago, sin ella no tiene sentido nada de lo demás” dice Hernán Casciari. Foto: Cristina Sille.

Hace muy pocos días salió un nuevo número de Revista Orsai, la publicación dirigida por Hernán Casciari que lleva como tapa a Lionel Messi y adentro una crónica en torno al hecho de ser migrante y querer volver (siempre) a la Argentina. El relato del escritor fue viral en redes, pero lo que él rescata y en lo que elije profundizar es en el texto impreso. En un mundo tiktoker donde lo importante es la cantidad de seguidores, el papel se posiciona como una pequeña revolución.

“La revista es el faro de todo lo que hago, sin ella no tiene sentido nada de lo demás. Cuando me levanto a la mañana, digo: qué bueno que exista esto. En este número tuvimos una primera tirada de 20.000 ejemplares, de una revista de literatura, sin publicidad, de 212 páginas. Es algo nunca visto”, dijo a Télam Casciari, el cerebro de una revista que garantiza autores estelares como Pedro Mairal, Rodolfo Palacios y hasta Nick Hornby, entre tantos otros.

Las condiciones econmicas son el principal inconveniente para poder iniciar y sostener una revista conservando la calidad del papel Foto Cristina Sille
Las condiciones económicas son el principal inconveniente para poder iniciar y sostener una revista conservando la calidad del papel. Foto: Cristina Sille.

Hay un panorama cultural en la Argentina en el que las revistas en papel se reinventan una y otra vez. El Gran Cuaderno, un proyecto de las escritoras Ana Navajas, Adriana Riva y Natalia Rozenblum, es un objeto precioso que reúne firmas célebres y autores nuevos, textos de narrativa, poesía, dibujos e ilustraciones.

Otra publicación que sobrevive a los embates de las crisis económicas es Revista Fina, que tiene tres ejes que rigen tanto la estética como el contenido: cannabis, arte y tecnología. Mientras que el fanzine Presente, una publicación dedicada al arte también apuesta por la materialidad del papel y sostiene el objetivo donar lo recaudado al colectivo travesti/trans del bachillerato Mocha Celis.

En tanto el trabajo de El Ansia, una revista que en el último número publica textos de Gabriela Cabezón Cámara, Leopoldo Brizuela y María Sonia Cristoff, consiste en una de sus secciones, en seguir a un autor o autora durante un año: los editores los acompañan en la rutina, se cuelan en sus talleres y hasta recorren su ciudad natal, y tras ese trabajo escriben una crónica. En el mismo número el lector también se encuentra con textos de estos autores, en algunos casos producidos para la revista y en otros, rescates de escritos perdidos.

El desabastecimiento y el faltante de papel problema frecuente de los editores Foto Cristina Sille
El desabastecimiento y el faltante de papel: problema frecuente de los editores. Foto: Cristina Sille.

“Nos gusta el objeto. Ver esos 6 números en la biblioteca contagian, dan ganas de que haya un 7mo y 8vo número. Además, una revista de tantas páginas a la que uno vuelve es un objeto que está en la mesa de luz molestando mucho tiempo. Hay un modo diferente de relacionarnos con ese objeto sentimental, poética y táctilmente. No me interesa la discusión si es mejor o peor a la virtualidad, son dos planetas distintos”, explicó José María Brindisi, editor de El Ansia.

En el caso de Revista Fina esa relación se cimienta a partir de un marco teórico que busca agitar los sentidos de las personas y dejar, a su vez, una huella material. El vínculo que se libra a través del tacto se materializa y multiplica en stickers o postales en algunos casos, o filtros ilustrados para armar cigarros que vienen en la página final de la revista-objeto. La experiencia se convierte, entonces, en algo más que la lectura, que puede ser compartida y deviene en un espacio lúdico.

“Nosotros queremos saber algo que nunca supo un editor, que es cuánto dura algo si no viene una marca a decirte que no te deja más plata. Nadie lo sabe, no existe. Orsai nunca dejó de tener lectores y nuestra fantasía es que en tanto haya lectores, haya revista. Y si un día deja de existir, sea porque no hay más gente que la quiera leer”, agrega Casciari a Télam.

Foto Cristina Sille
Foto: Cristina Sille.

Lo que prima en todos los casos, tanto en la voz de los editores como en quienes consumen revistas en papel, es: leer en papel da placer, no hay distracción, se entra en contacto con un objeto que se puede oler, doblar, marcar, apropiar. Pero, ¿cuáles son los principales problemas o inconvenientes que tiene la industria hoy?

Papel preciado

Proyectar a largo plazo. Hacer sostenible una publicación. Salir airosos de los vaivenes del papel. También como premisa que atraviesa a todas las revistas, las condiciones económicas son el principal inconveniente para poder iniciar y sostener una revista conservando la calidad del papel y de impresión. Un ejemplo en este sentido es Revista Aguinaldo, una publicación que editó más de seis números y dejó de salir en diciembre de 2021.

“Las condiciones económicas a la hora de hacer una revista en papel son complicadas por dos motivos: la escasez y la inflación. Es difícil proyectar números a largo plazo y por el momento, al menos en nuestro caso, no es algo redituable. Pero eso es algo que sabíamos desde el inicio. No nos embarcamos en este proyecto para ganar plata, sino para hacer algo que nos entusiasma”, explicó a Télam Adriana Riva, editora de El Gran Cuaderno, que está lanzando ahora su segundo número.

Foto Cristina Sille
Foto: Cristina Sille.

En el mismo sentido Nicolás Mendaro, de Revista Fina, agregó que para poder mantener una publicación de calidad es fundamental el acceso a los materiales como el papel y la tinta, que en su caso son importados y por ende muy caros. “Año a año, para poder seguir saliendo, dependemos de las marcas que publicitan y de la pre-venta de cada número. Para realizar Fina 3, que hoy está en producción, nos fue fundamental además el aporte de un mecenazgo de proyectos culturales de la Ciudad”.

Respecto a la rentabilidad, Casciari es contundente. “Nosotros con 6 mil ejemplares le pagamos a escritores, editores, diseñadores, ilustradores. Pero la rentabilidad es el gran problema de la cultura. Cuando las personas se enamoran de la rentabilidad caga el empleado, la calidad del encuadernado y la calidad del papel. Porque se enamoraron de otra cosa que no es la literatura”.

El papel en la era virtual

Apenas comenzó la circulación de la industria audiovisual de fast consumo, se decía que el cine tal como lo conocíamos iba a desaparecer. Hoy, en Buenos Aires, hay más salas de cine que 20 años atrás. Los vinilos regresan a la escena de los bares porteños trayendo aires de los 90. Como los ciclos de la moda, la cultura se reinventa sobre las estructuras de siempre. La base está, y la nostalgia también.

“Me cuesta mucho pensar que el papel vaya a desaparecer, fundamentalmente porque la relación con la obra es diferente en este soporte. No tengo nada contra lo virtual y no me interesa ese debate, me parece que no es una competencia. Son medios complementarios que buscan diferentes cosas. Además, y sobre todo, el pasado siempre se mitifica”, explicó Brindisi.

El caso de Presente es bastante especial porque la publicación tiene, en muchas de sus páginas, arte NFT impreso en el papel. La mayoría de los artistas convocados en la publicación son centennialls, incluso muchos de ellos nativos en las redes. Y aunque algunos imprimen sus obras para vender, esta es la primera vez que se reúnen y potencian su trabajo en una compilación en papel.

Foto Cristina Sille
Foto: Cristina Sille.

“Mantener una publicación impresa es muy complicado por la inestabilidad económica, pero lo digital no reemplaza el valor del papel. Creo que sería buenísimo que existan más publicaciones editoriales físicas. De hecho, se llama Presente porque para mí es eso: un presente para atesorar”, explica Romina Lezcano, coordinadora del fanzine.

En todas las voces consultadas por Télam hay otro elemento en común, y es la complejidad en torno al acceso al público para la venta de los ejemplares. Las ferias editoriales son, en general, el espacio que mejor funciona para el encuentro con esos lectores.

“No subimos nuestros textos a la web porque para tener la experiencia de consumir Fina es imprescindible hacerlo de manera material. Las ferias editoriales como la FED o Migra, así como otras más pequeñas de emprendedores, son fundamentales para mostrar nuestro producto”, agrega Mendaro.

El panorama editorial

En enero la Cámara Argentina del libro alertó sobre los costos para imprimir y publicar, destacando el desabastecimiento y el faltante de papel, escenario que obliga a los editores a aceptar cualquier precio para producir, y aumentos muy por encima de la inflación, en torno al 150%. Aún en este contexto, el deseo es seguir publicando.

Foto Cristina Sille
Foto: Cristina Sille.

“El panorama editorial es preocupante por las condiciones de producción, pero el panorama cultural es siempre potentísimo y casi imposible de revertir. Estamos en una capital cultural como Buenos Aires y ante una fuerza brutalmente autónoma de lugares pequeños o medianos del interior. Argentina es siempre una especie de milagro, en donde sobreviven las editoriales y aparecen nuevas. Hoy casi no hay escritores sin sello, y eso tiene un costado entre inverosímil y maravilloso”, resume Brindisi.

En el mismo sentido, Riva concluye: “El panorama editorial de este momento en el país es muy prolifero. En los últimos años nacieron un montón de editoriales que le dieron lugar a escritoras y escritores que antes no tenían visibilidad. Se escribe mucho y se publica mucho. Así y todo, siempre es difícil hacerse un lugar, de ahí nuestro interés en dar a conocer en ‘El gran cuaderno’ no solo voces de autores consagrados, sino también de desconocidos”.

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