La crítica y ensayista chilena Nelly Richard destacó este jueves el valor de la Universidad de Buenos Aires para Chile como “máximo símbolo latinoamericano” de la “universidad pública”, al recibir el Doctorado Honoris Causa de la Facultad de Filosofía y Letras de esa casa de altos estudios.
“En el contexto de decisivas protestas del movimiento estudiantil chileno que emergió en 2011 con brillantes dirigentes -partiendo por Camila Vallejo, hoy ministra del actual gobierno, y Gabriel Boris, presidente-, con la consigna ‘no más lucro’ y planteando la desprivatización de la educación superior y la gratuidad universitaria, la Universidad de Buenos Aires era el máximo símbolo latinoamericano de lo que entendíamos por universidad pública”, aseveró Richard durante el acto realizado en la sede universitaria de Puan, donde dio una charla magistral, abierta a la comunidad.
Richard destacó que la UBA fue un faro para esas movilizaciones, consideradas entre las más importantes de los últimos años y mayores desde el retorno a la democracia a Chile, “no sólo por el tema de la gratuidad en la educación, sino por su compromiso con la memoria histórica y con la lucha por la democracia”.
“Por eso me siento tremendamente orgullosa”, aseguró durante la ceremonia a la que asistieron, entre otros, el ministro nacional de Cultura, Tristán Bauer; el nuevo rector de la UBA, Ricardo Gelpi, el decano de Filosofía y Letras, Ricardo Manetti, y reconocidas figuras de la cultura como las historiadoras de arte Laura Malossetti Costa y Andrea Giunta.
“Estamos viviendo momentos especialmente complejos en nuestros respectivos países, crisis social, inestabilidad, desestabilización, arremetidas brutales y obscenas de las derechas, momentos en que cuesta mucho a lo político sobreponerse a una especie de colapso general con efectos de querer desintegrarlo todo -agregó-, por eso este reconocimiento que atraviesa las cordilleras me regala una instancia de felicidad” que “cuelga como un hilo” entre “tantos precipicios, pandemia mediante, guerras, e incertidumbre”.
Sobre Richard
Crítica, ensayista y docente, Richard nació en Francia en 1948 pero reside en Chile desde 1970, cuando comenzó a darle forma teórica a la llamada “Escena de Avanzada”, que le valió el reconocimiento internacional como principal referente experimental del arte de resistencia a la dictadura.
Egresada de la carrera de Letras modernas de la Sorbona (París) y radicada en Chile en 1970 desarrolló proyectos relacionados a la teoría y la crítica en las artes visuales. Fundó y dirigió la Revista de Crítica Cultural (1990-2008) y coordinó la cátedra Políticas y estéticas de la memoria del Centro de Estudios Museo Reina Sofía de Madrid (2019-2021), entre otras actividades académicas y culturales que la tienen como referente.
Es autora de publicaciones como “Zonas de tumulto: memoria, arte, feminismo” (2021), “Abismos temporales. Feminismo, estéticas travestis y teoría queer” (2018), “Latencias y sobresaltos de la memoria inconclusa” (2017), “Diálogos latinoamericanos en las fronteras del arte” (2014), “Crítica y política” (2013), “Crítica de la memoria” (2010) y “Feminismo, género y diferencia(s)” (2008 / 2018).
En una entrevista concedida a Télam, Richard insistió en “la importancia del diálogo teórico, artístico y crítico entre Argentina y Chile como una forma de reforzar la densidad del intercambio entre producciones intelectuales que guardan relaciones de proximidad y afinidad”.
Al tiempo que destacó que Giunta, quien estuvo en el origen de ese reconocimiento y presente en el acto de distinción, “fue una de las primeras lectoras argentinas” de sus primeros textos en los 80. “Es emocionante que sea ella la que, 40 años después, me presente y que todo esto ocurra en la misma Facultad por la que transitaron queridas amigas. Todas nuestras discusiones sobre memoria, cine, imagen, arte, feminismo y política son parte de los nudos latinoamericanos que hemos ido deshaciendo y rehaciendo entre todas”.
“Esta solidaridad y complicidad transandinas en el diálogo artístico y político-intelectual latinoamericano -añadió en esa entrevista- es clave para contraponer a la hegemonía académica e institucional del “norte” nuestras propias elaboraciones críticas. Son elaboraciones que rechazan el academicismo como refugio a salvo de las vicisitudes y dilemas de la vida social y política y que tienen más que ver con las fronteras entre saberes que con las disciplinas propiamente tales. Nos une el practicar travesías entre el intramuro y los extramuros de la Universidad”.
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