Corresponsal en Roma Actualizado: Guardar
Se descubre una presunta Gioconda en Roma y constituye un caso, con división entre los expertos: algunos ven «la mano de Leonardo» y otros afirman que es «una copia». La gran mayoría de los periódicos han dado relieve al supuesto «descubrimiento», partiendo de la información ofrecida por el diario ‘La Repubblica’. Este periódico titula así la noticia: «Roma descubre que tiene La Gioconda, estaba escondida en un depósito en Montecitorio: Podría ser de Leonardo«. El parlamentario Francesco D’Uva del Movimiento 5 Estrellas, con función notarial en la Cámara de diputados, ha declarado al periódico: «Es una copia del cuadro del Louvre realizada por el taller de Leonardo, quizás incluso con su propia colaboración». Los análisis realizados durante una reciente
restauración del lienzo habrían confirmado su datación en la primera mitad del siglo XVI (Leonardo murió en 1519).
En realidad, no hay ningún descubrimiento. La pintura se conoce desde hace algún tiempo. La Mona Lisa romana pertenecía a la familia Torlonia. En la web parlamentaria sobre el arte en la Cámara de diputados existe una ficha del lienzo, que se describe así: «Es una pintura que aspira a replicar diligentemente su modelo», la Gioconda de París. La «gemela» romana tiene una historia de luces y sombras que abarca un periodo de unos 500 años. El primer rastro público data de 1892, cuando llega a la Galería Nacional de Arte Antiguo de Roma, procedente de la colección Torlonia (en cuyos inventarios está documentado el cuadro desde 1814); de ahí el nombre de «Gioconda Torlonia». La citada Galería Nacional de Arte dejó la pintura en depósito a Montecitorio en 1927.
Técnica refinada
Los historiadores del arte Antonio y Maria Forcellino, en una aportación al catálogo de una exposición romana sobre Leonardo da Vinci, que se celebró en 2019, subrayaron su calidad. Según ellos, ciertas características del paisaje y algunas veladuras «son de una transparencia que recuerda con precisión la técnica de ejecución de Leonardo en la pintura del Louvre; la técnica pictórica es tan refinada que sugiere que Leonardo mismo puso su mano en la definición del claroscuro del rostro», afirman los historiadores de arte Antonio y Maria Forcellino.
El exsuperintendente de Roma, Claudio Strinati,historiador del arte, se mantiene equidistante: «La opinión de Forcellino es legítima» y también es plausible que sea una obra del taller de Leonardo» Pero Strinati no ve la huella de la mano del genio del Renacimiento: «En mi opinión es una pintura de mediana calidad que no parece denotar la impronta de una excelente mano como la de Leonardo».
El más rotundo es el crítico e historiador del arte, Vittorio Sgarbi, actualmente senador, que sin rodeos afirma que «es solo un modesto lienzo». «No es una segunda Mona Lisa ni una obra maestra; en todo caso, podría servir como decoración». Así de lapidario se muestra Sgarbi, que añade: «Esta copia fue pintada al menos 70 años después de la muerte de Leonardo y no tiene valor artístico».
En definitiva, se trata de una de las muchas copias de la Mona Lisa de Leonardo da Vinci. El cuadro será colocado en la sala Aldo Moro de la Cámara de diputados, para mostrarlo al público. Con la publicidad que en estas horas ha adquirido, seguramente a partir de ahora la Gioconda de Montecitorio no pasará ya desapercibida.
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