El artista, ingeniero y pescador argentino Fabián Mrad visitó Ushuaia, oportunidad en que pudo mostrar sus trabajos y compartir experiencias con los amantes de la pesca deportiva a través de una exposición y de encuentros compartidos con pescadores locales y la comunidad en general. En conversación con EDFM, Fabián contó cómo poco a poco el arte fue transformándose en su actividad principal, comentando que todos somos capaces, citando que “todos cuando somos niños pintamos”, y que sólo se trata de desarrollarlo, “el problema es que la mayoría deja de hacerlo cuando crece”.
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abián Mrad, Ingeniero de profesión, artista y pescador desde niño por pasión, visitó la ciudad de Ushuaia invitado por el Club de Mosca Deportiva Austral. El oriundo de Núñez, Buenos Aires, expuso sus obras en el Centro Cultural Nueva Argentina –espacio cedido por el Concejal Pino- donde además pudo pintar y regalar alguna de sus obras frente al público presente, y compartir distintas experiencias en torno a la pesca deportiva; a cómo el arte que desarrolla en torno a esta actividad fue ganando terreno hasta convertirse en su principal actividad; y numerosas anécdotas que describen un personaje donde la humildad de su persona y la pasión que le pone a sus producciones tienen tanto color como el de sus acuarelas.
Fabián llegó a Ushuaia la primera semana de julio invitado por un activo club de pesca local, como modo de ofrecer a sus socios y a la comunidad en general la visión que existe en el estrecho vínculo que la pesca deportiva y el arte tienen.
Como amantes de la pesca –actividad muy desarrollada en nuestra provincia que goza de ser uno de los pesqueros continentales más importantes del mundo- normalmente la fotografía o las típicas anécdotas (muy adornadas, a veces) son la manera de perpetuar el momento de una captura o alguna experiencia de pesca.
Fabián propuso una manera distinta de verlo: a través del arte, certificar la captura con la mosca que se utilizó. Es por esto que ofrece reproducir “la trucha” pescada para tener un recuerdo distinto, con un gran lado humano a través de sus acuarelas. Además, pinta distintas especies, moscas, señuelos, aves y trabajos a pedido, entre otros.
En diálogo con EDFM, el artista contó que “yo soy ingeniero industrial, y ya venía cansado del trabajo de oficina y de números; pero, por otra parte, nunca dejé de pintar”. “Hace 6 años le pegué un volantazo a la vida”, comentó Fabián, y remarcó que “lo que hice fue jugármela, hacer lo que me gusta. Pinto, y voy a seguir pintando”.
“Esto empezó a través de la propuesta de una amiga, que vendía muebles, y tuvo la idea de que vayan acompañados con una acuarela. Ahí en ese momento era muy poca plata, pero se ve que algo fue germinando”, recordó, y continuó revelando que “a partir de ahí tuve un pequeño descubrimiento: había cosas que me costaba pintar, entonces pensé por qué no pintar lo que me gusta. En aquel momento me parecían muy simpáticos los colectivos de dos pisos de Londres, los taxis y sus calles. Pinté acuarelas sobre eso y las ofrecí en algunos locales por Av. Cabildo y para mi sorpresa me dijeron que sí. Ahí empecé a vender”.
“Entonces pensé: si pintar colectivos me gusta pintar peces tiene que ser mucho mejor. Y así fue, empecé por aquellos años donde tenía la idea de pintar un pez y ponerle una mosca verdadera. Después, charlando con un amigo, me dijo por qué no pintar la mosca también. A partir de ahí, las cosas se empezaron a acomodar”, contó el artista.
Finalmente, comentó que “la biblioteca de casa la transformé en estudio, y utilizo el escritorio que usé durante 12 años como ingeniero”. Actualmente sus trabajos son dedicados a lodges de pesca, se venden y se promocionan allí, tiene clientes de varios lugares del mundo y participa de encuentros en diferentes clubes para promocionar su actividad, e incentivarla. “Todos los niños pintan, y no les preocupa lo que pintan; el problema es que cuando crecen, la mayoría deja de hacerlo”, dijo, citando a Picasso.
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